No me molestaría trabajar en el campo, el sudor de mi
frente no es de trabajo es solo reflejo de esta bella tarde de verano.
Frente a mí, un edificio, una enorme entidad que opaca la
luz en mi rostro y en su tercer piso una mujer extraña al igual que atractiva
que sin razón alguna no me quita la vista ni un momento.
Es extraño ver que las personas se van, desaparecen; casi
me siento responsable.
No es que lo sea, pero esa escena… Estos niños jugando en ese pasto seco me traen malos recuerdos.
“LO SIENTO TE
DEBO”
Y pensar que esa fue la primera vez que vi a alguien
suicidarse… bueno, eso pensé hasta que encontré la percha que lo sostenía, lo
escuche emitir sonidos pero la verdad no me interesó esa situación. Solo le
deje una nota que vio de reojo y al notar la cantidad escrita creo que en
verdad sintió morirse.
En este edificio hay tantas habitaciones, al menos se mantiene limpio -pisar- aunque a veces
término tropezando con cosas como esta, veamos: es un manuscrito de un tipo de
historieta
“drag ball X” definitivamente no es un
titulo que llame la atención leer. Lo siento por el autor, tal parece que la
familia Toriyama no comerá mucho en estos días.
¡guaf¡
M… ¿un perrito de juguete? Esto es basura, afuera es su lugar; no quiero cosas inútiles
en mi edificio.
La ventana, un buen lugar para deshacerme de este desecho;
un perrito de juguete como puede haber personas que jueguen con estas cosas.
Pensándolo bien, es posible que esto sea de esos chicos -suspiro-
detesto ir hacia allá no me gusta,
no los entiendo; como podría entender a personas que pierden su tiempo.
Que podría querer me lo he preguntado muchas veces pero
esta vez este sentimiento se acerca cada vez mas mientras me acerco a esa
habitación. Tengo todo lo que necesito y hasta lo que jamás podría querer pero
no puedo dejar de preguntarme porque ese tipo de personas se ven tan felices. Bueno,
este es el cuarto; esta abierto y que veo:
no menos que dos adultos que rondan los veinte años dándose de golpes,
“agresividad” no era agresividad tal vez
estupidez, ambos sostienen sables de juguete que resplandecen en sus
manos; que se necesita para ser feliz, definitivamente no es eso.
No dejo de pensar en este tipo de situaciones ni en la
cantidad de gente extraña que existe en este mundo, y más que todo lo
irrazonable de su felicidad.
Y ahora el peor lugar, la mujer extraña del tercer piso.
Es bella como un espejismo en el desierto pero no deja de ser solo apariencia; esa
mujer es incomprensible.
¡Buenos Días!
Ahí está, pelo negro azulado, ojos verdes, labios rojos y
una playera sucia estampada con un niño rubio con un traje naranja.
¡No se qué
pensar!
Solo escucho su palabrería mientras intenta que vaya a un evento extraño; claro yo jamás iría, pero ella sigue sonriendo como si viniera así de fábrica. Me excuso y me retiro o término lo que vine a hacer, no importa lo que pase jamás me vera ceder.
continuara...
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